Cinco años tenía cuando aprendí a montar en bicicleta. No fue fácil ni difícil, fue una sensación rara pero por fin sabía montar en bicicleta. Mi profesor fue mi hermano con nueve años. Sus palabras fueron:
-Mira hacia delante y pedalea, no tengas miedo, yo estoy aquí.
Le hice caso, gracias a ello dominé mi bicicleta por fin.
IRENE ALCALDE, 3ºE
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