domingo, 23 de noviembre de 2014

TE EXTRAÑO


Cuando abrí la puerta comencé a oír aquella voz que tanto extrañaba. Seguramente fueran imaginaciones mías porque desde aquel día que nos distanciarnos no volvimos a saber nada el uno del otro.
Nunca la volví a ver, y aquello me destrozaba, no había día que no pensara en ella. Si hubiera sabido lo que pasaría después de aquello habría rectificado, y ahora yo me sentía muy solo.
 
LIDIA POZO NIETO, 2º H ESO

 

MI SECRETO


Más allá del jardín no había nada. Allí solía ir cuando me sentía triste, decepcionado, aquel lugar era mi secreto. Cometí un gran error al enseñárselo; quizás tendría que haberlo pensado antes porque tan solo yo sabía qué criaturas había allí escondidas.  Aquellas criaturas tan bellas y a la vez tan mortíferas son capaces de matarte hasta con la mirada. Solo a mí me respetaban, ya que era yo quien cuidaba de ellas. No debería haberle enseñado mi secreto, y allí permaneció tendido su cuerpo.

             

LIDIA POZO NIETO, 2ºH ESO

jueves, 20 de noviembre de 2014

EL CONEJO SOÑADOR

          
ESCRIBIMOS UN CUENTO ENTRE TODOS (1º ESO C)

 

    

Érase una vez un conejo blanco como la nieve que soñaba con volar. Todas las noches soñaba con volar. Todas las noches tenía el mismo sueño: volar sobre las montañas contemplando el valle, el pueblo, las carreteras, los caminos, los árboles y a todos los demás conejos.
Por las mañanas se levantaba muy temprano tomaba su colacao de zanahorias y comenzaba a practicar con sus orejas: las agitaba en el aire fuertemente. Él había visto hacer esto muchas veces, con sus alas, a las águilas. Y entonces pensó: “Iré a visitar a mi amigo el mago Rodolfo para que me dé una poción mágica que me haga crecer las orejas.“
Y así lo hizo, pero el invento no funcionó. El pequeño conejo estaba muy triste y desilusionado. No lo había conseguido. Jamás podría volar.
Cuando estaba llorando amargamente apareció un duende, era el duende de la fantasía. Y le dijo: “No te preocupes porque no puedas volar. Hay otra cosa que tu si puedes hacer, soñar”.
El duende le dijo al conejo que en sus sueños él podía ser todo lo quisiera: un rey, un príncipe, un león, un águila, etc.
También le dijo que en sus sueños él podría hacer todo lo que quisiera: cantar, bailar e incluso volar, volar, volar y volar.

 

“INTENTA  SIEMPRE  CONSEGUIR  TUS  SUEÑOS”
 
(PAULA MARTÍNEZ)