sábado, 21 de mayo de 2011
UNA HOJA
MI HISTORIA
Soy un pájaro que nací en un bosque muy bonito con muchos árboles verdes, todo tipo de verde. Mi casa es un nido hecho con ramas de árboles que se caían en invierno. Un día cuando mis mis hermanos y yo estábamos esperando a nuestros padres llegaron los leñadores cortando todos los troncos de los árboles todos los nidos que había en los árboles se caían, menos mal que nuestro árbol no lo cortaron. Habían muerto muchos pájaros chiquititos que no sabían volar aún. Esos árboles se los llevaban para hacer folios, los troncos para hacer armarios… ETC.
CHAIMA CHERKI, 3º G
EL MELOCOTONERO
Era una tarde de un gélido invierno. Todo estaba nevado. Era el perfecto paisaje de un bosque nevado.
Agitábamos nuestras ramas al son del viento. Había un agradable sol que me daba en toda la cara. Un sol naranja, con ardientes rayos reflejados en mí: un melocotonero.
Paseaban por allí una familia agradable que iban a hacer un pic-nic al lado del río. El mayor de todos, el hombretón, cogió cuatro melocotones de mí, los lavó con agua de una botella y, a continuación, dio un mordisco a uno de ellos. Su cara era de un placer y satisfacción insaciable.
-¡Qué ricos!– dijo el hombretón.
Al cabo de horas y horas, a las 18:00 se fueron de allí, la nieve se había derretido, sólo había encinas, pinos, alcornoques, etc… Pero ahora no era el paisaje perfecto. Mi satisfacción se redujo a NADA y me quedé bloqueado.
-¡Mañana será otro…día magnífico!-dije…- Pero ahora sólo pensaba en dormirme. Y al cabo de una hora… me dormí.
NOELIA ORTIZ POLO, 3º G
UNA BELLOTA
LA VIDA DE UNA HOJA
UNA HISTORIA EN EL BOSQUE
En invierno me cojo vacaciones, porque como hace tanto frío, si salgo a trabajar me congelo, por eso nos quedamos en casa bebiendo leche caliente y con una estufa en los pies.
Lo bueno de mi familia es que somos muchísimos y siempre nos ayudamos todos.
Nuestro trabajo consiste en buscar comida y lo más importante, ir en fila unos detrás de otros, es lo primordial para no perdernos o encontrarnos con enemigos, como los escarabajos.
Mi ropa preferida es la negra, de vez en cuando me pongo vestidos rojos, pero solo a veces.
Odio cuando esos monstruos tan grandes, de tantos metros, nos pisotean, o nos capturan para darles de comer a sus mascotas más queridas.
Itziar Jaraba, 3ºG
HISTORIA DE UNA ARDILLA
jueves, 19 de mayo de 2011
LA SILLA QUE UN DÍA FUE ÁRBOL
Los animales empezaron a huir, corrían y se escondían donde podían, la familia de golondrinas que anidaba en una de mis ramas más altas no tardó en echar a volar, yo tenía mucho miedo, no sabía lo que iba a ocurrir, tampoco sabía qué hacer, entonces el ruido paró y por el bosque ya no había movimiento. Me tranquilicé un poco pero en unos segundos empecé a escuchar voces, voces de hombres y sin poder entender lo que decían se iban acercando hacia mí. Llevaban algo en las manos, no conseguía ver exactamente lo que era porque todavía estaban lejos. A cada minuto que pasaba estaba más preocupado, se pararon delante de mi primo Chopy que era algo más alto que yo y sin pensárselo dos veces empezaron a cortar sus ramas más bajas con los objetos que llevaban en las manos, que hasta ese día yo desconocía su utilidad. Y en poco tiempo acabaron con su vida, lo mataron. Aún me pregunto qué fue de él… Después no lo dudaron y vinieron hacia mí. Me hicieron exactamente lo mismo. Y aquí acabó mi vida como árbol para convertirme en una vieja silla en la que nadie se sienta.
ANA MUÑOZ Y NAIMA ORVICH, 3º G